Un día bueno

Hoy. Hoy he tardado una eternidad en encontrar la chapa de acceso. De qué de cuándo la cuelgo en el pomo de la puerta. Creo, de verdad, que en la vida, nunca nunca. No es que sea especialmente ordenada pero suelo dejarla tirada, en cualguier sitio, pero colgada jamás.
Y la tenía delante de las narices, ahí, delante, mientras vaciaba el cesto de la ropa sucia.

Dice una amiga mía que la felicidad se hace, se crea y por eso utilizo el blog feliz hoy, porque la verdad es que me podía haber quedado en casa porque vaya pandilla multiracial de cabreados me estaban esperando, vaya entradita de turno...porque hoy es un día malo pero como he conseguido relajarme pues aquí, hoy, un día tan malo y tan bueno como otro.

Hace poco estuve en Fuerteventura, desierta, la echo de menos. Hay una foto en la que salgo con los brazos abiertos en medio de una carretera, sin coches por supuesto, estaría bueno... Y en este viaje volví a montar en bici, la última vez fue hace 24 años.

Yo tenía 5. Me caí dos veces y lo dejé, porque yo de chica era muy vaga y muy patosa. Diría que sigo siéndolo pero ultimamente estoy desarrollando unas habilidades increíbles, por ejemplo:

-manejo mandos de videojuegos y me gusta ( brain adicta, sí, sí)
- voy por el campo y no me caigo (me tuve que comprar unos tenis de montaña pero eso no cuenta, verdad)
- soy capaz de escuchar durante diez minutos (mi tope) a alguien que se me queja sin abrir la boca (esta es la mejor, sin abrirla, intentádlo!).

Ya no se me ocurren más o las que se me ocurren no son tan increíbles. Lo que vengo a decir con todo es que ya no soy patosa ni torpe y lo que sí soy es muy cabezona y ahí estaba yo, con la bici.

El primer día fue un poco difícil y me costaba mucho subir la cuesta en zig zag, y como empezó a diluviar ( sí, exagero) pues los carriles bici se llenaron de agua y lo ví doblemente peligroso.

Y pasamos al segundo día, día en el que descubro que si quito la resistencia sí puedo subir la cuesta y zigzagzeando llegué hasta unas dunas. Los brazos los tenía tan agarrotados que no podía ni estirarlos y el corazón bum bum bum ( más por el tabaco que por la excitación en verdad) pero me sentí genial. Y después volver fue pan comido, y es curioso como te sientes en bici, como vas un poquito más rápido y la brisa y qué bien.

Y qué día más bueno. Y es tan bonito recordarlo que ya me siento mejor, hoy, un día tan bueno o tan malo como otro cualquiera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es bueno tener días buenos.

Enhorabuena por el nuevo hijo que has parido.

Besos

bettyylavida dijo...

besos avatar y gracias