Diana Gabaldón

He decidido utilizar este blog para cuando esté de humor y tenga ganas de contar cosas que son chorradas absolutas.

Me he enamorado de los libros de Diana Gabaldón, la cual, aunque lo parezca, no es española al parecer sino americana. Un nobel. Presumo de leer mucho y de todo, y sé perfectamente que muchos hablan de literatura seria, moderna, culta, progre nakamura y de todo lo demás.

De verdad que tengo que admitir que me costó coger el primer libro de ella cuando visité la feria del libro estas navidades, con esa portada absolutamente horrorosa, con ese hombre en el barco agarrándola de la cintura, dios nena. Pero es que pasa que leo muchos blogs también, y que tengo en mucha estima a una bloguera que no sabe que existo y que lee a Gabaldón. Así que me lancé al ruedo.

No recuerdo un enganche más brutal en mi vida desde las damas de Avalón (increíblemente hace poco). Dios, es que tengo que seguir seguir seguir. Diosa, es una diosa del argumento, de la imaginación. Y lo que me toca las naricillas es que es una mujer clasificada, subclasificada, a la que toman por Danielle Steel. ¿Pero qué locura es esta? Y cada día me sorprende más la saga y voy por el último libro de su saga (hasta el momento) y me hace falta otra. Y me quedo corta, y pego respingos en la cama. Joder. Qué tía más increíble.

La otra chorrada que tengo que contar en realidad no es una chorrada. Debe ser que estoy muy enamoradiza, pero estas navidades he adoptado un perro. Se llama Roque, no tiene rabo y lo encontró una amiga vaganbudeando por la ciudad, aunque muy pronto descubrimos que es un perro de campo. Es adorable y el perro más bueno que he visto en mi vida. Parece un gato, te pega un cabezazo ronzante para que le acaricies, se asusta muchísimo, en sus cinco años ha tenido que sufrir mucho, y me adora. Y yo lo adoro a el. Nos adoramos mutuamente. Y pasa al revés.
Pasa que a él no le afecta mi carácter nervioso e hiperactivo. Se queda mirándome como diciendo, pero tía, qué te pasa, con tranquilidad. Y entonces es capaz de pegarme su pachonería. Y entonces en vez de correr voy andando, y en vez de fumar me estiro con él. Y me lleva al campo, y yo me tiro en mi toalla y él se tumba encima mía. Y nos viene muy bien.

Y pasa que, a lo mejor no estoy en un momento perfecto, pero casi y eso ya es bastante.

Y así se inaugura mi nuevo blog

1 comentario:

p. dijo...

me gusta la história de Roque.
recuerdo a mi perrita (tuve que dejarla con mis padres hace 6 años y medio cuando me vine a bcn) y que es un amor, y una loca...
pues me quedo con tu texto y las ganas de volver a ver mi guapa ;-)

besiko pa ti

p.