Duele mamá

Me estoy haciendo una mujer, es un hecho.

Van pasando los años y conforme van pasando tardo más en elegir la ropa que me voy a poner si me doy un voltio por ahí , yo nunca fuí tan presumida, debe de ser la madurez.
Ya no perdono una cita en la cera -duele mamá - y necesito tener las cejas perfectamente depiladas ( pero que no se note). Y hace poco me eché unas mechitas rubias. En la pelu más modernita que había, eso sí, no le fuera a dar a la pelu por dejarme en plan doña leticia.
Hace una semana me puse a dieta ( mis carnes más prietas, mi cintura más fina), y para colmo voy a apuntarme a un gimnasio a mover el culo como antaño (la diferencia es que antes me pagaban y ahora pago yo..).
Menos mal que no soy rica, quién sabe si no me plantearía una liposucción también...(aunque a priori lo dudo mucho).
Yo, que con 17 años vestía con ropa de segunda mano, a mí, que todavía me flipan los trapillos hippies con mil flores o mil rayas lo mismo es, yo, todavía con el pendiente en la nariz, todavía con las sandalias de cuero y las faldas largas, los pendientes de madera...
¿ por qué de repente estoy pensando en comprarme unos buenos tacones rojos?

Un día bueno

Hoy. Hoy he tardado una eternidad en encontrar la chapa de acceso. De qué de cuándo la cuelgo en el pomo de la puerta. Creo, de verdad, que en la vida, nunca nunca. No es que sea especialmente ordenada pero suelo dejarla tirada, en cualguier sitio, pero colgada jamás.
Y la tenía delante de las narices, ahí, delante, mientras vaciaba el cesto de la ropa sucia.

Dice una amiga mía que la felicidad se hace, se crea y por eso utilizo el blog feliz hoy, porque la verdad es que me podía haber quedado en casa porque vaya pandilla multiracial de cabreados me estaban esperando, vaya entradita de turno...porque hoy es un día malo pero como he conseguido relajarme pues aquí, hoy, un día tan malo y tan bueno como otro.

Hace poco estuve en Fuerteventura, desierta, la echo de menos. Hay una foto en la que salgo con los brazos abiertos en medio de una carretera, sin coches por supuesto, estaría bueno... Y en este viaje volví a montar en bici, la última vez fue hace 24 años.

Yo tenía 5. Me caí dos veces y lo dejé, porque yo de chica era muy vaga y muy patosa. Diría que sigo siéndolo pero ultimamente estoy desarrollando unas habilidades increíbles, por ejemplo:

-manejo mandos de videojuegos y me gusta ( brain adicta, sí, sí)
- voy por el campo y no me caigo (me tuve que comprar unos tenis de montaña pero eso no cuenta, verdad)
- soy capaz de escuchar durante diez minutos (mi tope) a alguien que se me queja sin abrir la boca (esta es la mejor, sin abrirla, intentádlo!).

Ya no se me ocurren más o las que se me ocurren no son tan increíbles. Lo que vengo a decir con todo es que ya no soy patosa ni torpe y lo que sí soy es muy cabezona y ahí estaba yo, con la bici.

El primer día fue un poco difícil y me costaba mucho subir la cuesta en zig zag, y como empezó a diluviar ( sí, exagero) pues los carriles bici se llenaron de agua y lo ví doblemente peligroso.

Y pasamos al segundo día, día en el que descubro que si quito la resistencia sí puedo subir la cuesta y zigzagzeando llegué hasta unas dunas. Los brazos los tenía tan agarrotados que no podía ni estirarlos y el corazón bum bum bum ( más por el tabaco que por la excitación en verdad) pero me sentí genial. Y después volver fue pan comido, y es curioso como te sientes en bici, como vas un poquito más rápido y la brisa y qué bien.

Y qué día más bueno. Y es tan bonito recordarlo que ya me siento mejor, hoy, un día tan bueno o tan malo como otro cualquiera.

Diana Gabaldón

He decidido utilizar este blog para cuando esté de humor y tenga ganas de contar cosas que son chorradas absolutas.

Me he enamorado de los libros de Diana Gabaldón, la cual, aunque lo parezca, no es española al parecer sino americana. Un nobel. Presumo de leer mucho y de todo, y sé perfectamente que muchos hablan de literatura seria, moderna, culta, progre nakamura y de todo lo demás.

De verdad que tengo que admitir que me costó coger el primer libro de ella cuando visité la feria del libro estas navidades, con esa portada absolutamente horrorosa, con ese hombre en el barco agarrándola de la cintura, dios nena. Pero es que pasa que leo muchos blogs también, y que tengo en mucha estima a una bloguera que no sabe que existo y que lee a Gabaldón. Así que me lancé al ruedo.

No recuerdo un enganche más brutal en mi vida desde las damas de Avalón (increíblemente hace poco). Dios, es que tengo que seguir seguir seguir. Diosa, es una diosa del argumento, de la imaginación. Y lo que me toca las naricillas es que es una mujer clasificada, subclasificada, a la que toman por Danielle Steel. ¿Pero qué locura es esta? Y cada día me sorprende más la saga y voy por el último libro de su saga (hasta el momento) y me hace falta otra. Y me quedo corta, y pego respingos en la cama. Joder. Qué tía más increíble.

La otra chorrada que tengo que contar en realidad no es una chorrada. Debe ser que estoy muy enamoradiza, pero estas navidades he adoptado un perro. Se llama Roque, no tiene rabo y lo encontró una amiga vaganbudeando por la ciudad, aunque muy pronto descubrimos que es un perro de campo. Es adorable y el perro más bueno que he visto en mi vida. Parece un gato, te pega un cabezazo ronzante para que le acaricies, se asusta muchísimo, en sus cinco años ha tenido que sufrir mucho, y me adora. Y yo lo adoro a el. Nos adoramos mutuamente. Y pasa al revés.
Pasa que a él no le afecta mi carácter nervioso e hiperactivo. Se queda mirándome como diciendo, pero tía, qué te pasa, con tranquilidad. Y entonces es capaz de pegarme su pachonería. Y entonces en vez de correr voy andando, y en vez de fumar me estiro con él. Y me lleva al campo, y yo me tiro en mi toalla y él se tumba encima mía. Y nos viene muy bien.

Y pasa que, a lo mejor no estoy en un momento perfecto, pero casi y eso ya es bastante.

Y así se inaugura mi nuevo blog